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Preguntas para reflexionar | Respuestas de participantes

Lea las respuestas de participantes a las preguntas para reflexionar de cada región de la FLM.

Pregunta de la región nórdica

© FLM/Ratna Leak

En el mundo actual, ¿cómo damos testimonio de Dios, quien ofrece todos los buenos dones?

Desde la perspectiva de la India, la gracia de Dios es un don gratuito y exento de condiciones. A quien lo recibe se le confieren responsabilidades. El Dios de la gracia que escucha el clamor de su pueblo que sufre, nos desafía a responder. Y en esas respuestas la gracia se manifiesta tanto en quien recibe como en quien comparte. El testimonio cristiano en comunión es un continuo proceso de recibir y compartir. Creo que es un don gratuito de Dios que no solo restaura la propia, sino que también nos sustenta para que participemos en asegurar el bienestar y la vida armoniosa de todos/as.

Rev. Dr. Busi Suneel Bhanu, Presidente de la Iglesia Evangélica Luterana de Andhra

Pregunta de la región asiática

© FLM/ Ratna Leak

¿Cómo convive con el conocimiento de que hay millones de personas que mueren de hambre?

“Tener es compartir.” Saber que millones de seres humanos padecen de inanición supone un desafío personal para mí y como iglesia no podemos permitirnos guardar silencio. Cada persona tiene que ser responsable de sus propios actos. Uno/a tiene que saber que sus acciones afectan a los/as demás. En toda la creación de Dios se está olvidando la necesidad de la dependencia mutua. Los/as pudientes siguen consumiendo más de lo que necesitan. Nuestro impacto en el medio ambiente es tremendamente alarmante. Siendo una iglesia, tenemos que condenar esto último como un pecado. La comunión luterana mundial está llamada a redescubrir el vínculo de cada uno/a con toda la vida en la Tierra. Pensar globalmente y actuar localmente con responsabilidad.

Rev. Kilian Dörr, Iglesia Evangélica de la Confesión de Augsburgo en Rumania

Pregunta de las regiones de Europa Central del Este y Europa Central del Oeste

© FLM/Ratna Leak

¿Dónde vemos en nuestra vida diaria las nuevas oportunidades que Dios crea?

“Sus misericordias nuevas son cada mañana.” Cada día es un nuevo día, una nueva vida que la misericordia de Dios ofrece a toda la creación. Cada día es único y aporta alegría a algunos/as y tristeza a otros/as. Unos/as afrontan la muerte a causa de una enfermedad, un desastre natural o la pobreza y, al mismo tiempo, otros/as sanan de su enfermedad. Algunos/as se salvan de la ola de un tsunami y otros/as son bendecidos con más de lo que quieren.

Dios crea nuevas oportunidades y realidades en medio de la alegría y la tristeza. Una tiene que creer que hay un nuevo rayo de esperanza en cada situación que afronta. Las nuevas oportunidades han de verse con los ojos de la fe, no como algo remoto, sino como algo que está dentro de sí. Porque si Dios es el creador, nosotros/as somos cocreadores/as con Dios, creadores/as de nuevas y mejores oportunidades para nosotros/as y los/as demás. Hacer del mundo un mejor lugar donde vivir.

Rev. Elieshi Ayo Mungure, Iglesia Evangélica Luterana en Tanzania

Pregunta de la región africana

© FLM/Ratna Leak

¿Cuál debería ser el rol de la iglesia en el contexto de la escasez del pan de cada día versus la superabundancia de la que gozan unos/as pocos/as?

Por un lado, 1.000 millones de personas no tienen lo suficiente para vivir y, por el otro, muchas otras tienen demasiado en la vida. Paradójicamente, tanto la humanidad de la vida de los/as hambrientos/as como aquella de los/as pudientes está a riesgo; la de los primeros debido a la desnutrición crónica y la pobreza; la de los segundo por cerrar los ojos ante los primeros, lo que les quita su humanidad. Para evitar ese riesgo hay que ver lo que dice la palabra de Dios. Clara como el cristal, la voluntad de Dios es que debería haber suficiente para todos/as.

La providencia de Dios está destinada al bienestar de toda su creación. Pero en lugar de defender la alimentación con un derecho humano, hemos permitido que se convierta en una mercancía. Las iglesias de Norteamérica, junto con otras iglesias, tienen que entender que no se trata tan solo de una cuestión de caridad en situaciones de emergencia alimentaria, sino que también es preciso abogar por una distribución más equitativa de los alimentos. La Iglesia Luterana debería declarar que acabar con el hambre es una cuestión de status confessionis, una cuestión esencial de confesar la fe cristiana hoy en día. 

Rev. Dr. Craig Nessan, Iglesia Evangélica Luterana en América

Pregunta de la región de América Latina y el Caribe

© FLM/ Ratna Leak

Las teologías contextuales de este continente en particular, ¿influyeron en los enfoques teológicos de las teologías desarrolladas en su región, especialmente con relación a la búsqueda de la justicia y la distribución justa del “pan”?

Las teologías de la liberación que evolucionaron, evolucionan y seguirán evolucionando en distintos países son idénticas en lo que respecta a clamar por la propia integridad y la justicia. No obstante, difieren porque son contextuales. Cada teología de la liberación es única en su género y sus raíces e intenciones influyen en las teologías similares que evolucionan en otros países. Las teologías contextuales nos compelen a leer con nuevos ojos las Escrituras en función del contexto de la propia liberación y a cuestionar las estructuras de la injusticia. Jesús expuso lo mismo durante su vida en la Tierra. Dado que nuestra vida está modelada por las Escrituras, nosotros/as, seguidores/as de Cristo, estamos llamados/as a romper los grilletes de la opresión. Al hacerlo, afirmamos que Jesús, el Pan de Vida, está verdaderamente encarnado.

Arzobispo Nemuel Babba, Iglesia Luterana de Cristo en Nigeria

Pregunta de la región norteamericana

© FLM/Timothy Melvyn

Las personas que normalmente tienen el estómago lleno y no conocen la escasez de las mejores cosas de la vida a veces confiesan sentirse “vacías”. Manifiestan que tienen “hambre” de algo más, están “sedientas” de algo que no alcanzan a comprender plenamente, “anhelan” algo y no saben qué. ¿Qué es ese pan de vida que la gente anhela y no ofrecen las “hogazas”? 

Sentirse feliz en situaciones adversas, alegre en medio de la pobreza, hecho bastante común en muchos lugares, es lo que llama la atención a quienes visitan Colombia. Nuestros barrios están plagados de pobreza extrema, sobre todo en Bogotá, la capital, pero aun así hay personas que sonríen a pesar de verse desprovista de comodidades.

Por otro lado, hay personas que se sienten “vacías”, a pesar de disponer de comida apetitosa y lujosa comodidad. Ese “vacío” debe confrontarse con la Palabra  de Dios: “No solo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios” (Mt 4.4).

La tentación de gozar de la “abundancia” a expensas de las necesidades básicas de los/as pobres es poco ética. Sentirse feliz de compartir por libre voluntad propia ha de ser espontáneo. La solidaridad con quienes anhelan el pan, material o espiritual, así como la fe y la esperanza en Dios son bendiciones espirituales de las que uno/a tiene que “nutrirse”. 

Obispo Eduardo Martínez, Iglesia Evangélica Luterana de Colombia

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